En los primeros años de vida es necesario motivar el aprendizaje a través de los sentidos, empleando deferentes estrategias donde el niño pueda identificar, colores, olores, sabores, texturas, sonidos y todo aquello que se convierta en un experiencia positiva para el niño y lo acerque de manera más agradable a la comprensión de conceptos y asignaturas que tienen mayor información o complejidad.
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